Durante años fueron protagonistas del fondo del placard, asociadas más al confort hogareño que al mundo del fitness. Sin embargo, los pantalones acampanados deportivos —conocidos como flare leggings— regresan con fuerza, impulsados por una oleada de moda europea que prioriza la libertad de movimiento y el estilo relajado.
Las calles de París, Berlín y Ámsterdam marcaron la tendencia en pantalones: menos prendas ajustadas y más fluidez en las siluetas. En ese contexto, las calzas tradicionales empiezan a ceder terreno frente a opciones más amplias, sin perder ajuste donde se necesita ni estilo donde se ve. Así, este otoño 2025 en Argentina ya se anticipa una transformación en los looks deportivos.
De la clase de yoga al café
Los flare leggings no son solo una prenda de entrenamiento: son un comodín de estilo. Ajustados en la parte superior y con un sutil vuelo desde la rodilla, permiten moverse con soltura sin sacrificar elegancia. Esto los convierte en aliados no solo para actividades como pilates o yoga, sino también para looks urbanos con buzos oversize, camperas de cuero o zapatillas chunky.
Además, su tela ligera y respirable suma puntos: ideales para sesiones intensas o simplemente para días de mucho movimiento. Y a diferencia de las calzas tradicionales, no marcan todo ni generan sensación de encierro.
Menos rigidez, más actitud
Este nuevo básico del armario postea una declaración clara: se acabó la tiranía del “todo al cuerpo”. Los flare traen consigo una forma más relajada de vestir, más empática con los cuerpos y las rutinas reales. Porque verse bien no tiene que doler, ni apretar.
Ya sea en tonos neutros como negro, gris o verde musgo, o en versiones más jugadas con estampas suaves, estos pantalones llegaron para quedarse. Y si algo está claro, es que este otoño va a ser mucho más cómodo que los anteriores.