A las 00:00 del primer domingo de abril, la hora oficial se atrasará en 60 minutos para todas las regiones, a excepción de Magallanes y la Antártica chilena.
Estos cambios se vienen realizando en el país desde 1968, cuando a causa de una de las sequías más importantes de la historia hasta ese momento, era necesario hacer cortes de luz para el ahorro energético, por lo que se decidió que lo mejor era retrasar el horario. Sin embargo, hoy hay muchos que cuestionan su aplicación por el impacto que genera en las personas.
Felipe Rodríguez, profesor de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, explicó algunos de los efectos que puede causar este cambio de horario: «Es posible que algunas personas experimenten dificultades para quedarse dormidas o para levantarse, que estemos un poco más irritables, quizás experimentemos algunos estados más ansiosos, se trastoquen un poco los hábitos alimenticios. Nos puede dar hambre en la noche muy tarde o viceversa, o sentir sensaciones de saciedad en horarios en los cuales estamos acostumbrados a comer. Es decir, nuestro organismo se desregula un poco».
Esta semana, la Cámara de Diputados aprobó una resolución para solicitarle al Presidente Gabriel Boric que no se haga el próximo cambio de hora y se estableciera un único huso horario.
Guido Girardi, exsenador y vicepresidente ejecutivo de la Fundación Encuentros del Futuro, también se mostró disconforme con la modificación horaria, ya que considera que se hace sin evidencia científica.
«La modificación debe basarse en la evidencia científica. Lo que vemos hoy es como si los antivacunas determinaran las políticas públicas del país. La evidencia es contundente, nuestro reloj biológico está determinado por la luz del sol y su ausencia. Le pedimos al Ministerio y el Gobierno que termine con el horario de verano», sostuvo el otrora parlamentario.
«ES MUY MALO EL HORARIO DE VERANO CUANDO LLEGA EL INVIERNO»
El doctor John Ewer, uno de los destacados investigadores de la Cronobiología, perteneciente al Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso, cree que se debería mantener el horario de invierno para todo el año.
«Es muy malo el horario de verano cuando llega el invierno. Llegado el invierno, el horario de verano es muy malo porque el Sol se levanta muy tarde. Lo importante es que el Sol determina la hora en que se despierta biológicamente tu cuerpo. Si piensas a qué hora me despierto sin despertador, eso está determinado por la hora en que se levanta el Sol. Si el Sol se levanta tres horas más tarde, tú te vas a despertar tres horas más tarde cuando no uses despertador», comentó el experto.
«Este es un tema antiguo, hace 10 años venimos señalando que es el Sol el que debe determinar el horario en el que el cuerpo humano debe despertar y dormir, no un reloj», apuntó Ewer.
POBLACIÓN EN RIESGO
En esa línea, la enfermera, doctora en Neurociencias y docente de la Universidad de Valparaíso, Liliana Bustos, advirtió que «el sistema nervioso de los niños está en construcción. Ellos naturalmente eligen dormir más tarde y por lo tanto, deben despertar más tarde».
«Otro grupo que sufre alteraciones es el de los adultos mayores, donde su sistema nervioso ha estado expuesto a muchos cambios y la modificación continua de la luz los afecta directamente», detalló la especialista.
«A su vez, la personas que trabajan de noche y quienes padecen de enfermedades mentales también son una población que debiera ser considerada al cambiar el huso horario», agregó.
Desde la Asociación Chilena de Seguridad (AChS), el especialista Rodrigo Pinto, recomendó adelantar el esquema de sueño diario, mantener horarios estables y adecuar la habitación para el descanso.